El edificio del muelle de Gallineras suma 17.000 euros más esperando a una modificación del proyecto

En vistas a los acontecimientos que se están viviendo en materia urbanística en San Fernando, donde numerosas obras se eternizan

noticia de www.saltv.es

Al gobierno socialista se le enquistan numerosos proyectos urbanísticos en la ciudad. Al recinto de la Magdalena, el retraso de las obras de la Plaza del Rey, Héroes de Baleares o la Sala de Estudio del parque Almirante Laulhé, más conocida ya como la «Sala de Estudio Fantasma», se le une la imposibilidad de licitar el famoso edificio de nuevas plantas y más de 1.000 metros cuadrados para actividades naúticas del muelle de Gallineras.

Más de cuatro años han pasado ya, desde que en 2018 el gobierno de Patricia Cavada anunciase sus intenciones de construcción para la zona del muelle de Gallineras, aventurandose una vez más a dar fechas aproximadas, ya que afirmó que el edificio estaría terminado en un par de años. Y los años han pasado y nada de nada, ni siquiera hay empresa constructora que quiera participar del ambicioso proyecto.

Como la propia alcaldesa, Patricia Cavada, vendió en su momento a bombo y platillo; con infografía incluída para no perder la costumbre, el nuevo edificio era una «apuesta por convertir el puerto de Gallineras y su entorno en un lugar clave para potenciar el turismo y el deporte náutico, así como las actividades pesqueras y recreativas, y con ello hacer posible que se transforme en un gran foco económico, lo que redundaría en la generación de riqueza y empleo en la ciudad”.

Esas fueron las palabras exactas de Cavada, tras anunciarse la licitación del edificio proyectado por la Universidad de Granada como un espacio «sostenible y en el marco de la lucha con el cambio climático», allá por abril de 2021. Algo muy bonito sobre el papel, pero que ninguna empresa quiere construir, «ante las carencias que presenta el proyecto», como asegura una de las que se presentó al citado concurso público.

A la licitación de más de 1 millón de euros, se le suma otro gasto más, como es la revisión del proyecto y de los precios de mercado por parte de la Universidad de Granada. Eso se traduce en 16.940 euros más de gasto para la revisión de un proyecto en el que se veía síntomas de fracaso desde el comienzo del mismo con la destrucción de todas las edificaciones que antes existían, sin conocer siquiera si las futuras construcciones eran viables.

En definitiva, este tipo de situaciones, derivan en más gastos y más retrasos, en una obra para la ciudad que tenía como objetivo, según la propia alcaldesa, “la apuesta por el cambio de modelo productivo y el desarrollo económico de San Fernando, ya que ha sido la potenciación y dinamización de todo lo relacionado con la actividad náutica y el tejido empresarial vinculado a ella”. Un latiguillo insistente, del que ya pocos creen.

En vistas a los acontecimientos que se están viviendo en materia urbanística en San Fernando, donde numerosas obras se eternizan, es mejor no dar fecha en cuanto a los plazos de ejecución porque nunca se cumplen y la ciudadanía se empieza a cansar.

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